LA VALLENARINA: UNA PERFECTA CERVECERÍA POPULAR ARIQUEÑA
Fachada del local en calle Maipú.
Coordenadas:
18°28'41.69"S 70°18'59.36"W
Es agosto de 2013 y comienzo a escribir algo desde mi residencial favorita
en Arica: el Hostal Maipú, en una viejísima casona en la calle del mismo
nombre con puertas de habitaciones parecidas a las de viejos establos.
Lo
importante es que he hecho dos grandes descubrimientos
esta noche de agosto: primero, que tengo muy cerca a una genial cervecería con
aires de picada popular, llamada "La Vallenarina"; y segundo, que acá en el
hostal cuento con wi-fi abierto, así que, ¿para qué esperar por contar de
este brillante boliche ariqueño?
El local de "La Vallenarina" se
encuentra en calle Maipú 449, cerca de la esquina con Lynch. Casi siento algo de
sensación de culpa por no haber pasado antes antes a este sitio donde se
conservan aún los jarros de schop de a litro, especie en peligrosa
tendencia a la extinción dentro de las barras nacionales, pero que aquí se pueden
saborear por sólo $1.800.
El local está bastante cerca, también, de la
cafetería "Al Paso", un bolichito que conozco bien luego de tantas visitas a la ciudad, lo que acrecienta
mi sensación de falta de buen ojo tras haber pasado siempre por afuera antes de esta
noche.
Vista interior del local.
Doña Sole Salazar, en la barra.
El negocio cervecero corresponde a esa clase de fuentes de
soda donde el cliente sólo encuentra cerveza y parecidos, cual templo del culto a la cebada
fría en una ciudad de clima tan cálido como es Arica. Clientes no faltan, por lo
tanto, y parece que muchos de ellos han tenido tiempo de forjar amistades allí
entre esas mesas y la barra principal. No en vano, su lema ha sido por
largo tiempo uno bastante sugestivo: "Un lugar para compartir con los amigo".
Echando
una mirada rápida a su historia, "La Vallenarina" fue fundada en la
víspera de las Fiestas Patrias de 1970, naciendo primero como local de comidas
rápidas y expendio de bebidas o refrescos.
Los fundadores fueron don Mauricio
Salazar y su esposa, matrimonio oriundo de Vallenar. De ahí el nombre del local,
por cierto, alojado en una vieja casona con fachada remodelada en estilo art
decó pintada en colores apastelados.
Pasados unos diez años o un poco más, el
entonces conocido y popular señor Salazar logró sacar una patente para expendio de alcoholes. Sin embargo,
como la competencia en calle Maipú es sumamente severa en cuestiones de
alimentación, los dueños fueron abandonando la cocina para dedicarse
exclusivamente a la venta de cervezas que se mantiene hasta nuestros días y que
identifica al celebrado local.
Hoy, cuando el matrimonio fundador de "La Vallenarina" ya no está entre nosotros, la administración del local
(que siempre ha sido el mismo) se encuentra
a cargo de su hija doña Soledad Salazar Barrera, conservando aquel nombre
recordando los orígenes vallenarinos de la familia y su aspecto pintoresco de
boliche antiguo, interrumpido sólo por los carteles luminosos y un televisor
pantalla plana.
Me entero también de que la vieja cocina sólo se usa para la familia ya que, según doña
Sole, ella prácticamente "se ha criado en este sitio".
Pues bien: si quieren conocer una buena
cervecería en Arica, donde pueden encontrar desde el schop corriente hasta las
cervezas nacionales y extranjeras de buena calidad con ambiente de viejos
chichas, péguense una vuelta por este sitio de
calle Maipú: bueno, bonito y barato, como la tradición proverbial de las viejas
fuentes de soda chilenas.
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