HUENTELAUQUÉN: EL SANCTASANCTÓRUM CHILENO DEL QUESO MANTECOSO Y LAS EMPANADAS FRITAS
Coordenadas:
31°36'41.06"S 71°31'28.45"W (restaurante de la hacienda) /
31°36'27.43"S 71°31'24.53"W (sector de puestos comerciales y cocinerías)
Curiosamente,
en el corazón de la actividad quesera caprina chilena, se encuentra uno
de los más cotizados centros de producción de quesos a base de leche
bovina y "algo más", en este caso de variedad mantecosa: Huentelauquén,
una localidad que, para muchos viajeros, se ha convertido ya en la
parada obligatoria entre La Serena y Los Vilos, unos 20 kilómetros al
Norte del balneario de Chigualoco, al que ya nos hemos referido en este blog.
Huentelauquén
es un pueblo repartido a ambos lados del río Choapa, en la Ruta 5
Norte, cerca de la línea de costa. A los dos caseríos, pertenecientes a
la comuna de Canela, se los distingue entre sí como Huentelauquén Norte y
Huentelauquén Sur, siendo este último aquel donde podemos hallar el
paraíso de quesos mantecosos de campo y sus sabrosísimas empanadas fritas
generosamente rellenas de este mismo producto, en venta a los costados
de la autopista. Hace unos años se instaló allí una pasarela para
facilitar el tránsito peatonal entre ambas veras del camino, que cuenta
con buenos estacionamientos y accesos a las vías laterales donde está el
comercio.
Quizás
a futuro publique algo sobre esta localidad, pero por mientras
comentaré acá que su nombre se traduce del mapudungún como Sobre el Mar y
que ofrece un pintoresco paisaje urbano con viviendas, parcelas e
iglesia centenaria, además de otros productos zonales como los típicos
quesos de cabra, las papayas en distintas presentaciones, frutos secos y
los suculentos copaos.
Además del hallazgo de fósiles a fines del siglo XIX en el sector de La
Cantera, hacia el Sur del poblado, presta su nombre al llamado Complejo Huentelauquén,
correspondiente a la ancestral cultura de cazadores y recolectores que
vivió por esta zona entre los 10.000 y 4.000 años antes de Cristo,
durante el Período Arcaico Temprano, siendo descubiertos sus vestigios a
inicios de los años sesenta en la desembocadura del Choapa. La hacienda
homónima ya existirá allí en el siglo XIX, dando empleo a muchos
trabajadores del sector Mincha Sur.
La
producción del sabrosísimo queso que está exportando la fama del lugar y
que en verdad podría hacerlo digno de una denominación de origen, se
relaciona con la Hacienda Huentelauquén de la familia Vial Castillo,
situada en el Valle del Choapa a 35 kilómetros de Los Vilos y 220 de La
Serena. Más de 100 personas trabajan en esta extraordinaria y valiosa
industria, orgullo de los creadores de la compañía que ha ido creciendo
notoriamente en los últimos años.
La
hacienda, hoy de 3.000 hectáreas, fue fundada por el abogado y hombre
público don Carlos Vial Espantoso, quien con sus socios y amigos
Eliodoro Matte Ossa y Carlos Daly, habían establecido allí una estancia
ovejera en 1943, que pasó a ser la Sociedad Agrícola Ganadera de Los Vilos Ltda.
La producción de quesos se iniciaría en 1947, llegando después más
rebaños de vacas propias y levantándose una lechería en los terrenos. La
Hacienda Huentelauquén que hoy conocemos, surgirá después con la
división de la sociedad, en 1961. Vial era propietario también del Fundo
Los Jazmines de Melipilla, y había ocupado el cargo de Ministro de
Hacienda en 1950. Tras su fallecimiento, la gran propiedad en el Choapa
fue dividida en la Agrícola Santa Ana y la Hacienda Huentelauquén
actual.
El
clima de la provincia y la alimentación del ganado en base a pasto,
permitió a don Carlos obtener una leche de altísima calidad, además de
desarrollar métodos de fabricación de quesos que fueron adoptando un
carácter propio y de excelencia, involucrando a su familia en la misma
actividad. Hemos escuchado en la zona, por ejemplo, que junto a la leche
de vaca, habría de oveja y de cabra involucrada en la receta y el
proceso, y que esto sería parte del magnífico resultado que aún
caracteriza al producto, pero esto es parte del secreto profesional.
Aunque
Vial mejoró las tecnologías de trabajo, sus procesos eran
prioritariamente artesanales y con algunos otros secretillos para
asegurar la textura única y el sabor insuperable de sus quesos. Fue así
como acuñó la frase corporativa "El afamado queso mantecoso de Huentelauquén", como eslogan comercial y garantía de buen producto que ya está en cadenas comerciales y supermercados de grandes ciudades.
Con
el tiempo, los viajeros se detenían a comprar quesos en la hacienda y
las cocineras del Choapa lo incluyeron en sus bocadillos y platos,
destacando muy especialmente las empanadas fritas,
pues su consistencia blanda y cremosa lo hacía ideal para preparaciones
donde debiese ser fundido. Por alguna razón, sin embargo, era difícil
encontrarlas en el comercio o en los restaurantes del sector, incluso en
la propia hacienda. Faltaba su "salto" comercial para ser descubiertas y
posicionadas fomentando la demanda, entonces.
La
iluminación llegó, según parece, a una comerciante y residente del
lugar, con un local llamado "La Tía Vicky" en ese tramo de la carretera,
en el borde opuesto al de la hacienda. Allí se comenzaron a fabricar y
vender empanadas fritas
con el queso huentelauquino a partir de 1992, consolidando su oferta
durante la década y convirtiéndose en otra parada necesaria para los
vehículos que iban o volvían de Santiago.
Restaurante de la Hacienda Huentelauquén.
Restaurante "La Tía Vicky".
Restaurante del supermercado "Millahue".
Con el tiempo, las exquisitas empanadas de queso
de Huentelauquén se expandieron por otros expendios y la propia
hacienda ofrecía orgullosamente las suyas, por entonces en un
establecimiento que estaba años luz de las buenas y cómodas
instalaciones de su actual restaurante y local de venta recibiendo a los
viajeros. Hicieron famosos a otros de estos boliches de carretera
situados en ese mismo tramo, como el mercado "Millahue", también
enfrente de la hacienda y cruzando la carretera, y puesto del matrimonio
de doña Gloria y don Juanca, otros pioneros de estas delicias, en el
kiosco "La Pasarela", así llamado por estar frente al paso peatonal
sobre la carretera. A
la tradicional empanada de queso se sumaron con el tiempo, además, las de queso
camarón, queso loco, queso macha y queso ostión, entre otras propuestas.
Con
oficinas y dependencias también en Santiago, la Hacienda Huentelauquén y
su compañía habían pasado a manos de doña Isabel Vial Castillo, hija de
su fundador, y sus propios hijos, pero la familia decidió dejarla en
manos de un directorio, hace pocos años. Además de la lechería y de los
talleres queseros, la hacienda produce paltas, papayas y productos
derivados que también oferta en sus establecimientos, ampliados y
mejorados hacia los días del Bicentenario Nacional, destacando la
característica de no usar en ellos productos químicos.
No
creo equivocarme y sé que muchos me acompañarían en decir que estos
quesos y empanadas se hallan entre los mejores de todo Chile, si acaso
no tienen ya el primer lugar definitivo.
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