PARROQUIA SAGRADO CORAZÓN DE ARICA: EL SINGULAR TEMPLO PIRAMIDAL DEL PADRE LECAROS
Fuente imagen: Soychile.cl.
Coordenadas: 18°29'3.88"S 70°18'16.52"W
Uno
de los templos más curiosos de Chile es el de la Parroquia Sagrado
Corazón de Jesús de Arica, ubicado en la punta escuadra que se forma por
la avenida 18 de Septiembre con calle Esmeralda, en la manzana
triangular que completa la calle Caupolicán a espaldas de la misma
iglesia y las casas de la villa que allí existe. Su dirección exacta es
18 de Septiembre 1630.
El
edificio está en las dependencias parroquiales y recibe su forma por
tres caras triangulares, las que se alzan con su característica silueta
en un barrio de casas más bien bajas, por lo que la alta cruz que la
corona, también estilizada y en líneas acordes a esta arquitectura,
destaca desde varias cuadras alrededor. Una cómoda plazoleta se extiende
frente a su entrada principal, absorbida también por el carácter
religioso del conjunto.

La
historia de este recinto parroquial de inconfundible forma, está ligada
indivisiblemente a la biografía de uno de los personajes más
importantes de la vida religiosa nacional de nuestra época: el sacerdote
Ruperto Lecaros Izquierdo, fundador y primer párroco de la misma casa.
Curiosamente, sin embargo, no hay muchas fuentes recordándolo en
internet.
Nacido
el 17 de febrero de 1915 en Santiago, Ruperto era hijo de don José
Antonio Lecaros y doña Teresa Izquierdo; fue el cuarto de siete
hermanos, entre los que estuvieron los empresarios comerciales Fernando,
José Antonio y Sergio Lecaros. Estudió en el Colegio de los Sagrados
Corazones de los Padres Franceses, en la Alameda de las Delicias,
pasando después a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, al
tiempo que trabajaba en la fiscalía de la Caja del Seguro Obrero y tenía
pequeños coqueteos con el mundo de la política. Se tituló de abogado en
1943, presentando una memoria relacionada con el derecho marítimo.

Padre Ruperto Lecaros, siendo joven. Fuente imagen: blog Csincero.blogspot.cl.

Lecaros, ya en sus últimos años. Imagen del archivo parroquial.

Sin
embargo, cuando falleció su padre, Ruperto comenzó a integrarse a la
Compañía de Jesús y allí encontró la vocación de su vida. Con el Padre
Jaime Ripoll, realizó ocho días de ejercicios de discernimiento,
entrando así al noviciado de la congregación el 22 de julio de ese mismo
año de 1943, a los 28 años de vida, renunciando con esta decisión a un
promisorio futuro en el mundo de las leyes. Sus estudios religiosos los
realizó en el Colegio San Ignacio de Loyola de Santiago y en el Colegio
Máximo de San José, en San Miguel, Argentina, siendo ordenado allá
sacerdote el día 19 de diciembre de 1953.
El
Padre Ruperto llegó a Arica pocos años después, trabajando como
profesor en el Colegio de San Marcos, que en ese tiempo estaba bajo
responsabilidad de los jesuitas. Pasó a ser párroco de San Marcos de
Arica a partir de marzo de 1965.
Desde
ese momento, y a pesar de ser recordado como alguien quitado de bulla,
el Padre Ruperto se volvió un personaje sumamente querido en la
comunidad local, además de uno de los más populares de su época, hasta
que dejó el cargo parroquial el diciembre de 1968, pero permaneciendo en
la ciudad de Arica. Don Rupa, le apodaban la feligresía y sus amigos.
Fue
entonces cuando se involucró en la idea de crear una parroquia nueva
para la comunidad ariqueña, desplegando una campaña especial de
recolección de fondos y búsqueda de apoyo de las autoridades religiosas y
políticas. El proyecto había sido abordado y aprobado por la Junta de
Adelanto de Arica (JAA), que desde 1958 funcionaba llevando adelante el
programa de desarrollo del entonces Departamento de Arica, operaciones
en las que se mantuvo hasta su cese de actividades hasta seis años
después de la construcción de la parroquia.





El
lugar conseguido para levantar el edificio y las instalaciones
religiosas de la flamante Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, fue un
terreno cerca del recientemente inaugurado Estadio Carlos Dittborn y de
la actual Población Maipú Oriente, en la avenida 18 de Septiembre. Las
obras comenzaron en los años sesenta con los planos arquitectónicos de
Patricio Moraga y Luis Morales, quedando terminadas en 1970. El viernes 5
de junio de ese año, el templo fue consagrado y el Padre Lecaros asume
como su primer párroco.
Estructural
y arquitectónicamente, se trata de un enorme armazón mecano armado, con
paneles de madera formando el un domo piramidal y sobre un zócalo de
ladrillo y albañilería circular de muros zigzag formando la nave única,
con vanos intermedios entre ambas alturas en donde se encuentran
vitrales de dolores y tragaluces del edificio. Exteriormente, las vigas
metálicas de los estribos exceden incluso el perímetro base de los
muros, con sólidos anclajes que caen sobre la propia plaza o los
contornos. Su estilo navega, así, entre conceptos modernistas o
estructuralistas y la ingeniería funcional del armado en hierro, no muy
desconocida en una ciudad con ciertas características de puerto
industrial, como es Arica.
Interiormente,
los conspiranoicos estarían de plácemes con la cantidad de alusiones al
triángulo que podemos encontrar en los cruces de vigas, los zigzagueos
de los muros, los marcos de los ventanales de colores y un particular el
diseño del artístico sagrario de roca canteada, que sería posterior a
la fundación del edificio. Hay algo de sentido brutalista en la forma en
que se dejaron a la vista los cruces y ensambles de la enfierradura
interna.
Sobre
el altar mayor, cuelga la figura del Cristo Crucificado, alineado con
el acceso principal al templo por el lado de la plaza. Todas las
entradas, incluidas las laterales, están enfiladas hacia el presbiterio.
La
solución para la distribución de pasillos, iconografía religiosa y
bancas de oración dentro del recinto, es parecida a la que se observará
muchos años después en casos como la Parroquia de Santa María de los Ángeles de Reñaca,
con un perímetro circular de disposición de puestos para los fieles y
altares-capillas laterales, todas rodeando el frente del presbiterio en
forma levemente radial, pero no exactamente como lo haría un hemiciclo.
Su capacidad de público es más bien baja, por lo mismo, pero cómoda.





Actualmente,
la imaginería religiosa del contorno excéntrico de la nave única
incluye: un cuadro de la enigmática Virgen de la Leche (amamantando al
Niño Dios, patrona de las madres y de quienes quieren serlo), una efigie
de Santa Rita de Casia sobre un pedestal de madera (patrona de causas
imposibles, con placas de agradecimientos), la infaltable estatuilla
policroma de San Expedito (también con muchas placas), un altarcillo con
la Virgen de la Inmaculada, una imagen mural de Jesús Crucificado
polícromo, la estatua del Sagrado Corazón de Jesús y otras que
interpreto de San Pío y Santa Teresita de los Andes.
Afuera
del templo, por el lado de la avenida, también hay una suerte de gruta
abierta construida en tiempos posteriores a su inauguración según
entiendo, con la imagen del Jesús del Sagrado Corazón, como una capilla
destechada y al aire libre.
Cabe
comentar que este edificio es una de las pocas obras arquitectónicas de
Arica que podríamos definir con rasgos derivados de las escuelas
modernistas y postmodernistas de vanguardia del siglo XX, junto con
otros casos como el Terminal Rodoviario
(la otra gran pirámide de la ciudad) de Raúl Pelegrin, culminada en
1976, o la deconstructivista fachada del Cuartel General del Cuerpo de
Bomberos, obra de Gunther Suhrke Caballero, de 1997.
El
Padre Lecaros permaneció en la Parroquia del Sagrado Corazón hasta
principios de 1976, cuando se marchó de Arica y se estableció en
Valparaíso, dejando una gran recuerdo y legado en la ciudad nortina. Le
sucedió en la parroquia el Padre Jorge Correa Rojas, quien permaneció en
el cargo hasta 1991, cuando fue relevado por el presbítero Santiago
Sharp Langan. Correa falleció de un accidente vascular fulminante en
Limache, en noviembre de 2017, causando gran congoja en la comunidad
parroquiana de Arica, pues dejó también una gran impronta emocional en
la ciudad.





Allá
en el puerto, Lecaros fue nombrado Ministro por la comunidad de padres e
hijos hermanos, y asumió como capellán de la Cárcel de Valparaíso,
en donde trabajó dando orientación religiosa a los internos, asesorías
jurídicas para muchos de ellos y, además, bendijo una imagen del Sagrado
Corazón de Jesús dentro del penal. Un panel con su biografía en la
parroquia del Arica, informa que con ocasión de dar la bendición a
aquella imagen, Don Rupa declaró a la prensa:
...esta
iniciativa ha de permitir que todos los internos que tengan inquietudes
religiosas y espirituales se acerquen al Sagrado Corazón de Jesús en
busca de la fortaleza moral.
Dedicado
ya a estos servicios, en octubre de 1978 fue trasladado y nombrado
capellán de la Penitenciaría de Santiago, sirviendo con tanta vocación a
esta labor que pasaba todo el tiempo allá en el recinto carcelario,
como un preso más ("preso con los presos"), llegando a solicitar a
su Superior Provincial el permiso para irse a vivir a aquella cárcel,
como éste mismo lo reconociera después. Sus propios compañeros de la
Residencia de San Ignacio solicitaron no otorgarle semejante
autorización, en especial porque no querían perder la positiva unidad y
alegría que proyectaba sobre su comunidad. Lecaros continuó sus labores,
enseñó a orar a los reclusos y publicó algunos folletos de orientación.
Tras
38 años de servicio en la Compañía de Jesús, el Padre Ruperto Lecaros
Izquierdo falleció el 10 de junio de 1981, en el Hospital Clínico de la
Universidad Católica, víctima de un cáncer renal. Los ariqueños nunca lo
olvidaron, y colocaron su nombre a la plazoleta que hace la punta de
diamante en 18 de Septiembre con Esmeralda, enfrente del templo: Plaza
Padre Ruperto Lecaros. En el poste que sostiene el cartel con este
nombre en el área verde, se puede leer la siguiente inscripción, en una
placa de mármol:
P. Ruperto Lecaros IzquierdoSacerdote jesuita fundó la Parroquia Sagrado Corazón en 1970
☆ 1915 en Santiago
✞ 1981 en Santiago
Sacerdote de oración alegre y humilde servidor.
Se lo dedican sus parroquianos.Arica, Diciembre, 2010.




La
placita es un equilibrio perfecto entre suelo duro y césped, con
arbustos bajos y grandes palmeras que hacen muy característico este
picudo vértice de la ciudad. Hacia la punta de la misma, una cruz
metálica azul proclama una rima visual de forma y diseño con la que está
en la punta más alta del templo, atrás de ella, parecidas a las cruces
cardinales de puntas agudas.
Hay
una comunidad de vecinos activos y conocidos en torno a la Parroquia
Sagrado Corazón, que después de Sharp Langan fue dirigida por el
presbítero Amador Antonio Soto, a partir de 2005, seguido por el párroco
Hernán Albornoz. Además de un lugar de reuniones, en la parroquia se
realizan talleres y algunos encuentros familiares, musicales y
barriales. Lamentablemente, no todos han sido respetuosos de la
parroquia: en enero de 2015, por ejemplo, fue objeto de robos nocturnos,
con un par de ladrones que se llevaron el dinero del diezmo y dos
computadores, aunque fueron capturados después.
Además
de los tradicionales bautizos y matrimonios, muchos ilustres de la
región han sido despedidos aquí, como la Gobernadora de Parinacota María
Isabel Marcelo, en septiembre de 2009, de sólo 37 años, fallecida en un
trágico accidente carretero. También queridos devotos, como don Ricardo
Rodríguez, recordado como un gran colaborador de la parroquia, quien
falleció en junio de 2010. Un año después, en junio de 2011, fue velado
el comunicador social Tomislav Simunovic Gran, de 55 años, destacado
locutor ariqueño presidente regional de la Asociación de Radiodifusores
de Chile (ARCHI); y en agosto de ese año, fueron despedidos en ella
también los cabos Marcelo Burgos Contreras y Nelson Vargas Brito, de 25 y
22 años respectivamente, fallecidos de trágica manera en el trágico
vuelco de un carro blindado en faenas de mantenimiento mecánico, en la
Primera Brigada Acorazada Coraceros.
El
clima de Arica, en tanto, no tuvo piedad con los más de 45 años de la
parroquia y provocó algunos daños en el revestimiento e integridad de
sus techos, además de algunos de los ladrillos del zócalo, por lo que
-en los momentos que escribo estas líneas- se traza y ejecuta ya parte
un proyecto de restauración del edificio, solicitado por el consejero
regional Roberto Erpel con apoyo de las autoridades locales, retoques
que bastante bien le vendrán al edificio.
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