EL ESTADIO DE CAVANCHA: AYER IMPRESCINDIBLE, LUEGO AMENAZADO, HOY PROTEGIDO

Vista del exterior del Estadio Cavancha en sus primeras décadas.
Coordenadas: 20°14'5.89"S 70° 8'46.51"W
El coliseo deportivo del sector Cavancha en Iquique, hoy se ve como los restos casi ruinosos de un fuerte: prácticamente irreconocible para quien haya estado alguna vez mirando desde sus galerías o palcos los recordados partidos de fútbol o bien en su chancha durante los campeonatos escolares de antaño. Queda tan poco del interior que le diera vida a su servicio por el deporte iquiqueño que, si no fuera por ese edificio digno de ser custodiado por el dragón símbolo y mascota de la ciudad, probablemente ni siquiera podría ser identificable en el paisaje urbano de nuestros días frente a la Playa Cavancha.
El otrora magnífico centro deportivo nació en los años treinta con el nombre de Estadio Regional de Iquique, aunque popularmente ha sido llamado desde siempre como el Estadio Municipal o el Estadio Cavancha. Fue construido en el terreno del parque viejo, en lo que hoy es frente al Casino y sus estacionamientos en avenida Arturo Prat antes de llegar a la actual rotonda. Este sector se sitúa en las puertas de la península y la playa cavanchina, mientras que a espaldas del estadio se encontraba la pista del antiguo aeropuerto, convertida hoy en la avenida Héroes de la Concepción y un gran complejo comercial.
Cabe recordar que el área urbanizada y residencial del Iquique central terminaba, en aquellos días, más o menos hacia lo que ahora son las las calles Tomás Bonilla y Hernán Fuenzalida, cuando se podía llegar al estadio en el tranvía o ferrocarril urbano que enfilaba hacia la península. Sin embargo, el crecimiento de la metrópolis no tardó en desbordar tales deslindes y avanzar sobre lo que antes eran sus terrenos periféricos y disgregados, absorbiéndolos en pocas décadas. El resultado es que hoy dicho recinto se encuentra más cerca del centro histórico que del borde de la ciudad.

El estadio de administración municipal se creó como respuesta a las necesidades que demandaba el fútbol iquiqueño con cada vez más clubes y equipos, pero pocos escenarios a la altura de la actividad a la sazón. Muy probablemente por la influencia inglesa en sociedad iquiqueña, además, acá ya se conocía este deporte oficialmente desde fines del siglo anterior, naciendo después equipos como el Yungay, el Unión y el Maestranza, entre muchos otros pioneros de la actividad y que contribuyeron en dar fundamento al mote de la tan deportiva Tierra de Campeones, adoptado por la ciudad.

Vista aérea de la antigua península y bahía de Cavancha, con el estadio junto a la avenida y atrás la pista del aeropuerto. Nótese lo bajo de los edificios y cómo el sector quedaba entonces en la periferia de la ciudad.
Ubicación del estadio en la maqueta de la ciudad, en la ex central ferrocarrilera.
Postal de colección, con el Estadio Cavancha en sus buenos días.
Esas mismas demandas de organización y espacios competitivos llevaron a crear, en 1931, la Asociación de Fútbol de Iquique, que sustituyó a la pequeña liga anterior de los equipos futbolísticos locales y abrió las puertas a la materialización de las solicitudes del rubro, empezando por un estadio propio. Parece haber sido la antesala a la construcción del recinto deportivo, entonces, concluida sólo dos años después, aunque también acogió en él disciplinas de atletismo, ciclismo y más tarde boxeo.
 
El señalado sitio escogido para el Estadio Regional enfrente de la Playa Cavancha correspondía los terrenos adyacentes a los del Regimiento Granaderos y su Casino de Oficiales. Hasta hacía poco, además, el lugar que se destinó al estadio había sido vecino al terreno del hipódromo del Tarapacá Sporting Club de Iquique o, como era llamado por los siúticos, el Club de Sport Tarapacá, cuyo edificio sede era un bello inmueble de aspecto palaciego e influencias de la arquitectura británica decimonónica. El también desaparecido Velódromo Municipal se hallaba adjunto al hipódromo y, si entiendo bien la historia de este recinto, acabó asimilado por los del flamante estadio, o al menos en parte.
El estadio fue terminado y entregado tras unos tres años de trabajos. La fecha de inauguración fue en el aniversario 54° del Combate Naval de Iquique el 21 de mayo de 1933, en el gobierno de Arturo Alessandri Palma. Contaba con una edificación central de tres pisos con fachada y pasillos de estilo ecléctico, fusionando elementos que van del Tudor a la arquería neomedieval casi de imitación gótica, además de darle toques afrancesados que le procuran aspecto de castillo o fortaleza, especialmente en el marco del portal de la entrada. El detalle se repite en los arcos geométricos que se extendieron posteriormente en secuencias de a seis a cada lado del edificio central, con algún grado de influencia del Art Decó.
 
El estadio se volvió de inmediato un impulso formidable no sólo para el fútbol local, sino también al deporte iquiqueño en general y a las actividades culturales. Hasta entonces y salvo por casos como la misma pista anterior del hipódromo, Iquique no había contado con un recinto de tales dimensiones y que permitiera semejante concentración de gente en forma cómoda y ordenada. La historia de la propia metáfora de la Tierra de Campeones encuentra sus cimientos más sólidos en este estadio, precisamente.
Como hemos dicho, al ir creciendo paulatinamente la ciudad hacia el sur antes aún del traslado del aeropuerto, el entorno del estadio iría quedando encerrado por los barrios, plazas y conjuntos comerciales que actualmente se pueden ver allí. Así las cosas, en los años sesenta, las villas y vecindarios habían avanzado sobre Playa Brava por el sur y superaban Pedro Prado por el oriente, cercando el aeropuerto y las instalaciones del estadio. La situación del mismo en el orden de la ciudad ya no era la misma de sus orígenes, por consiguiente. Con el tiempo, además, quedarían a un lado del mismo, por el costado norte, las instalaciones para el público del aeropuerto.
Hacia el año 1976 se aumentaron y mejoraron las graderías del recinto. Por entonces, había tenido lugar también el traslado del viejo aeropuerto hacia afueras de la ciudad, lo que permitió el rápido aumento de la urbanización residencial ahora en los propios inmediatos del estadio, donde era contenido este avance hasta entonces. Luego, en 1978, al fusionarse el Equipo Cavancha con el Club Estrella de Chile y otros menores de la liga amateur, el naciente equipo del Club de Deportes Iquique comenzó a utilizar el estadio municipal como su sede local.
En ese mismo año, los trabajadores pequeño industriales y artesanales de Iquique habían hecho colocar una piedra con una placa a modo de monolito honorífico, actualmente ubicada al lado del acceso al estadio. Aún se lee sobre su mármol:
ASOCIACIÓN DE PEQUEÑOS INDUSTRIALES
Y ARTESANOS DE IQUIQUE
"ASPIA"
HOMENAJE AL FÚTBOL IQUIQUEÑO
EN EL 37 CAMPEONATO NACIONAL
21 DE ENERO - 5 DE FEBRERO DE 1978
"OBTENIDO EN LA PRESIDENCIA
DE RAMÓN PÉREZ OPAZO
COOPERACIÓN RGMTO. LYNCH"

Vista de la fachada del estadio desde la avenida, año 2013.

Aspecto ecléctico de la fachada del Estadio Cavancha, cuando sus dependencias eran utilizadas por la municipalidad.

Vista aérea del estadio ya recuperado y con césped, en un evento de 2019, publicada por el sitio Estadio Seguro del gobierno.

Un año después, en 1979, el flamante Club de Deportes Iquique lograba con su energía de dragones tarapaqueños el preciado ascenso a Primera División, en uno de los hitos más emotivos y recordados de los que se vivieron en aquel estadio. Hubo varios otros triunfos históricos en esa desaparecida cancha verde, sin embargo, incluso sobre célebres equipos internacionales de las divisiones profesionales y amateurs, epopeyas que los miembros de la llamada hinchada celeste seguramente sabrán recordar con más precisión o detalle que quien escribe.

La última gran campaña local de Deportes Iquique en el Estadio Cavancha tuvo lugar en 1992, con el equipo titular dirigido por Jaime Pipi Carreño, quien consigue el segundo lugar del Campeonato de Segunda División y logra devolver al equipo a la Primera División para toda la temporada del año siguiente. Sin embargo, las cosas ya no se veían tan favorables para el viejo estadio deportivo, comenzando a vislumbrarse lo que serían grandes problemas para su continuidad.

Sucedió entonces que, para diciembre de 1993 y siendo alcalde Jorge Soria, quedó terminado y fue inaugurado el Estadio Tierra de Campeones en avenida Pedro Prado, el que se venia construyendo con varias etapas y problemas desde aproximadamente 1988, bajo la primera administración edilicia de Myrta Dubost. El club había comenzado a jugar cada vez más seguido en esta cancha con graderías para 12 mil personas, hasta dejar definitivamente atrás al viejo Estadio Cavancha, que justo cumplía sus 60 años de vida por entonces. Hasta ahora, el Tierra de Campeones es la sede local y también la del Club Deportivo de la Universidad Arturo Prat.
Cuentan que el último partido allí en Cavancha fue uno del club de la casa con Provincial Osorno. Como mal presagio para su futuro, el club iquiqueño fue derrotado por la cuenta mínima, anticipando el descenso que volvería a experimentar el equipo y los peligros que comenzarían a asechar al antiguo estadio.
Desde entonces, el recinto fue quedando en desuso y con su sector de cancha y graderías totalmente desmantelado a partir de 1998. En algún momento pretendió ser revivido incorporándolo a algunas actividades que se realizan en su interior, especialmente ligadas a la recreación y el espectáculo, en tanto que los jardines han servido por largo tiempo al albergue y criadero de llamas y otros animales. Sin embargo, gran parte del ex estadio pasó a ser ocupada por la Municipalidad como bodegas y corrales, guardándose allí incluso algunos camiones de servicios y convirtiéndoselo hasta ahora en la sede de la Dirección de Seguridad Vecinal.
El deporte, su razón esencial de existencia, parece haber sido marginado definitivamente del lugar. Con el cambio de uso, además, comenzó a quedar muy ajeno a la concurrencia de público de sus buenos años.

Durante el año 2012, comenzó a correr en Iquique un fuerte rumor: el ex estadio estaba siendo ofrecido a la venta a algún proyecto inmobiliario, dada su ubicación privilegiada frente a las playas, paseos y el Casino. Algunos indicios en el sentido de confirmar esta supuesta noticia, aunque de manera no oficial, encendieron las balizas de los defensores del patrimonio histórico en la ciudad. Más aún fue cuando, viniéndose encima ya el período de elecciones municipales, no había desmentidos formales de parte de la Municipalidad de Iquique a las informaciones circulantes sobre la posible venta y eventual demolición del recinto.

 

Poco después, al ganar las elecciones el alcalde Jorge Soria asegurando su regreso al mando municipal, cundió el temor de que el señalado destino del ex Estadio Cavancha se precipitara de seguro hacia su destrucción. Esto fue considerando que, en 1999, el mismo edil había suscrito un documento informativo donde promovía las conveniencias de la venta del recinto para inversiones del rubro inmobiliario, precisamente.
Alertados por las cada vez más preocupantes circunstancias desfavorables a la conservación del ex recinto deportivo, un grupo de iquiqueños se organizó espontáneamente en octubre de ese año y comenzó a reunir firmas contra la decisión, habilitando para ello un libro especialmente dispuesto en la Sede Social del Sindicato de Estibadores, ubicado en la conjunción de calle San Martín 344, recibiendo apoyo de la ONG Iquique Ciudadano, además de varias organizaciones y particulares vinculados al deporte regional. Al poco tiempo y para similares propósitos, se habilitó también un libro de firmas en Santiago, en el Centro Hijos de Tarapacá ubicado en Escanilla 525, en la comuna de Independencia.
Cabe señalar que, hacia el final de su alcaldía, la saliente edil Myrta Dubost habría señalado que la venta del recinto permitiría reunir fondos para la ejecución del Proyecto Ciudad Deportiva de Iquique, o al menos eso se sugirió por entonces. Empero, este argumento trajo a muchos el recuerdo de otro embuste similar: cuando se vendió y destruyó la antigua Casa del Deportista de Iquique con la excusa de construir un moderno Edificio Consistorial, el que jamás llegó a verse.
La aspiración principal de los activistas opositores a la venta del ex estadio, liderados por el residente del Círculo de Futbolistas "Tierra de Campeones" don Mario Cayazaya García, era conseguir la paralización total del proyecto y la declaratoria de Monumento Histórico Nacional para el lugar, permitiendo que sea aprovechado como centro deportivo, social, cultural y de áreas verdes. Las simpatías por la causa no tardaron en hacerse manifiestas y a expandirse gracias a los medios de prensa y redes sociales.
 
En el caso más ambicioso, se esperaba fundar allí un gran Centro Regional de Deporte y Cultura. Antecedentes históricos como -por ejemplo- el del cuasi "salvataje" ejecutado con la Estación Mapocho en Santiago durante los años ochenta, hoy principal y más grande centro cultural de Santiago, da abrigo a las esperanzas que van por este mismo sentido con respecto al ex Estadio Cavancha. A la larga, estos esfuerzos tan criticados en su momento por las porristas del progreso ciego se irían imponiendo y aplacando las voces partidarias de su destrucción.
 
Aun dejando de lado los romanticismos y las pasiones de amor por el patrimonio, no hay duda de que el ex Estadio Cavancha seguía siendo un importante espacio de actividades y encuentros para la sociedad local, por lo que cabe preguntarse también: ¿Podía prescindir la ciudad de Iquique de un recinto con el espacio y la comodidad del ex Estadio Cavancha? Ubicado casi en el actual centro geográfico del borde costero de la metrópolis, en sólo un par de semanas del verano 2013 acogió allí la realización de exposiciones, presentaciones, una multitudinaria "fiesta de la cerveza" y a los pocos días un "tambo" bailable en el marco del Carnaval Andino. También tuvo lugar allí el Festival de Verano de Iquique. Semejante nivel de actividad no era propia de un espacio "subutilizado" o que merezca alguna clase de reformulación de su uso práctico en la urbe, claramente.
El futuro del ex Estadio Cavancha pudo ser conjurado y así se evitó la destrucción del mismo, a diferencia de los casos santiaguinos ocurridos en el mismo período con el Gimnasio Manuel Plaza, el Estadio Nataniel, el Estado San Eugenio y, en la corona de todas aquellas calaveradas, con el Aeropuerto de Los Cerrillos. Así, en 2016 se reinstalaron el pasto y, con la habilitación de nuevas galerías, pudieron volver a verse partidos de Deportes Iquique en el mismo lugar. El césped fue traído desde el Estadio Tierra de Campeones, instalándose cuidadosamente desde el mes de agosto de ese año hasta la proximidad de las Fiestas Patrias.
Eel recinto deportivo ha tenido una franca recuperación como espacio social y deportivo, desde entonces. En 2019, además, fue declarado Monumento Histórico Nacional. Esperamos que así se preserve este patrimonio auténticamente ciudadano en la ciudad de Iquique, representado por su histórico y epopéyico ex Estadio Cavancha.

Comentarios

  1. MENSAJES RESCATADOS DESDE EL ANTERIOR BLOG DONDE FUE PUBLICADO ORIGINALMENTE ESTE ARTÍCULO:

    Jorge Jonathan Araya Yueng · Calama, Antofagasta
    lindo
    Reply · · April 14, 2013 at 1:08pm

    Marcia Lorena Castillo Robles · LICEO FRANCISCO DE AGUIRRE B-8
    El estadio tiene una historia preciosa, pero hoy en dia esta convertido en patio de acopio de el departamento de aseo y ornato y talleres municipales, de deportivo no tiene nada a excepciona por algunos grupos de deportista que practican gimnasia y arco prácticamente un basural. lamento que la Ilustre Municipalidad de Iquique no realice nada para mejorar este recinto y darle un auge al deporte.
    Reply · · 4 hours ago

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