LA CHIMENEA EN RUINAS DE DICHATO

Fotografía del hotel en donde estaba la chimenea. Imagen publicada por Fundación Proyecta Memoria.

Coordenadas: 36°32'48.3"S 72°56'13.7"W

La tan golpeada zona costera del balneario de Dichato en la Comuna de Tomé, Provincia de Concepción, ha sido reconstruida prácticamente en su totalidad. Aún quedan muchas huellas visibles de la ferocidad del terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010 pero, en general, la transformación y el renacimiento del poblado perturba un poco al sentido de orientación y la memoria de quienes ya conocieron este lugar antes de la tragedia. No puede negarse, sin embargo, que su presentación actual ha sido un paso importante en el desarrollo y la modernización urbana, aunque fuera como consecuencia del más doloroso de los hechos históricos allí ocurridos.

Uno de aquellos vestigios que congelaron parte de Dichato en la fatídica madrugada del 27/F, se encuentra solemnemente integrado al paseo de playa junto a la actual costanera Villarrica, en una plazoleta ubicada enfrente de calle Ignacio Serrano y por el sector que también ha sido reconstruido tras la catástrofe. En efecto entre los actuales locales comerciales y los senderos del paseo, se puede ver una chimenea en ruinas con respaldo de piedras canteadas de tipo lajas y rejuntadas. También hay un bloque con aspecto de sillar y con la misma mampostería pero extendido en el suelo, que en realidad es la parte superior del cañón y ducto de la chimenea. Son, quizá, de los testimonios más crudos pero emotivos de lo que allí sucedió.

La pieza de albañilería y piedra en pie es la cámara y el arranque con dintel de lo que era aquella chimenea, que alcanzaba originalmente toda la altura de un caserón de dos pisos que por allí existió, propiedad de la familia García Moreno. Antes del desastre, ese inmueble era utilizado para fines comerciales: el hotel de turismo Bahía Velero, que se encontraba en la entonces llamada avenida Costanera 760, muy cerca del empalme con calle Arturo Prat.

Parte de los ventanales del hotel dieron por décadas hacia el entonces inofensivo y quieto mar dichatino, limpiamente y sin obstrucciones visuales, antes que la naturaleza se rebelara a las fuerzas humanas en aquel año del Bicentenario Nacional. El azote de pesadillas destruyó al caserón y arrojó al suelo su elegante chimenea de roca, pérdida que acabó siendo solo un detalle secundario entre la cantidad de personas fallecidas y el número de residencias arrasadas.

Allí permanecieron por meses los escombros, desparramados entre los arenales y confundiéndose con los de otros inmuebles que también fueron destruidos por la ferocidad del mar cuya invasión llegó hasta pasado el sector del estero Dichato, llevándose al 80% del poblado. Esto se mantuvo así hasta que llegó el Plan de Reconstrucción del Borde Costero que expropió una franja de 20 metros de línea desde aquella playa y transformó completamente al balneario, a partir de 2011. En una valiosa iniciativa, entonces, los restos fueron rescatados y reforzados rellenándolos con concreto, para asegurar su solidez.

Ceremonia de colocación de la placa conmemorativa en 2019, con presencia de autoridades y miembros de la familia García Moreno. Imagen publicada por Fundación Proyecta Memoria.

Otra fotografía de la inauguración de la placa en 2019, durante un hermoso atardecer de Dichato. Imagen publicada por Fundación Proyecta Memoria.

Vista actual de la ruina-monumento en el paseo costanero, convertido en una suerte de monolito.

Vista frontal de la chimenea y del paseo constanero, verano de 2022.

Vista del paseo y el lado posterior de la chimenea, en pleno verano de 2022.

Así se ve el memorial, en la actualidad.

De esa forma, las que en otras circunstancias hubiesen sido solo ruinas inútiles se convirtieron en una parte del paseo, siendo trasladadas hasta su actual ubicación en el llamado Parque de Mitigación de Dichato. Son, también, un recuerdo palpable de lo expuestas que están estas costas a posibles tsunamis futuros y sus consecuencias, razón por la que se construyó el mismo paseo con parque en elevación, para contener cualquier nuevo golpe de marejadas sobre el área urbana, a diferencia de lo que sucedía allí antes del terremoto.

El 27 de febrero de 2019, en otro aniversario de la  terrible catástrofe natural de 2010 agravada por los inexcusables errores humanos que estuvieron involucrados, la Municipalidad de Tomé y la Fundación Proyecta Memoria hicieron instalar una placa conmemorativa adosada a la estructura misma de la chimenea, siendo inaugurada con presencia vecinos y autoridades aquel día, además de acompañarse por discursos y presentaciones musicales. La placa de marras lleva inscrito el siguiente mensaje:

Esta chimenea es testimonio de la resiliencia y fuerza de un pueblo tras resistir una de las catástrofes más devastadoras en la historia de Chile.

Este espacio simboliza el calor y entorno hogareño de la comunidad de Dichato e invita como pueblo a reconocer nuestra historia.

Una donación de la familia García Moreno.

Es curioso, entonces, que después de tanta modernización y renovación resultante de la positiva reconstrucción de Dichato, esfuerzo que lo ha convertido en una de las opciones recreativas más importantes en la Región del Biobío (hasta con festival veraniego propio), dicho monumento "accidental" resultante de los restos de una estructura, sea en su costanera uno de los elementos más importantes y simbólicos del mismo lugar. Será difícil, así, que algo supere la carga connotativa y emocional que esta ruina involucra para la historia de la localidad, incluso considerando los memoriales que se han instalado formalmente para similar propósito.

De esa forma, la muda y apagada chimenea de Dichato sirve a la comunidad local como lugar de conmemoración y de actos recordando tanto a la tragedia como a sus fallecidos. Para los visitantes de cada verano, en tanto, es un monumento de no olvido y una señal necesaria para no soltar la advertencia de que aún son las fuerzas de la naturaleza las que mandan en este mundo, y siempre en ventaja.

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