EL CASINO ESPAÑOL DE IQUIQUE: UN PALACIO HISPÁNICO DE DELEITE MORISCO
Imagen
de una postal fotográfica publicada hacia 1920, mostrando el
vértice-rincón de la cuadra donde se halla el Casino Español, junto a la
Plaza Prat. Su edificio está al extremo derecho del encuadre. A su
izquierda se observa el desaparecido edificio comercial vecino y el que
hasta ahora ocupa el Club Croata, entre otros ya remodelados o demolidos
hacia el lado de calle Uribe.
Coordenadas: 20°12'49.12"S 70° 9'6.84"W
Conocido
también como el Centro Español, debe ser uno de los edificios más
hermosos que se conocen en Chile. Poseedor absoluto de un exquisito
barroco morisco, que lo pone también como uno de los referentes
arquitectónico-decorativos de corte arabesco más importantes en nuestro
terruño, francamente a la altura de otros célebres edificios como el
Palacio de la Alhambra en Santiago o la Mezquita del Centro Mohammed VI
en Coquimbo... "Un lugar de verdadero atracción turística en el norte del país", en palabras de Jaime Fuster.
El
edificio se encuentra en la dirección de Plaza Prat 0584, al final de
la antigua calle peatonal del Paseo Baquedano y en la curiosa esquina
que se forma con su continuación por calle Uribe y con el origen de la
céntrica calle Tarapacá, y que escapa al estricto trazado de damero que
domina la mayor parte de las cuadras interiores de la ciudad. En este
vértice, desde hace algunos años decorado con pretiles balaustrados y
veredas de madera, se halla también el edificio del Club Croata, que con
el Casino Español se disponen como las postales de dos maravillosos
edificios de arcadas y columnas ocupando páginas enfrentadas de un libro
abierto. En lo alto, flamean soberbios los pabellones patrios de Chile y
España, sobre mástiles blancos erguidos sobre ese frente albo de
mosaicos y azulejos artísticos, donde predomina el color azulino, mismo
de algunas molduras, cornisas y capiteles de pilares.
La
verdad es que el nivel de detalle y los atractivos al observador
resultan interminables en este palacio, quedando siempre algo nuevo que
mirar incluso para muchos que concurren regularmente al Casino Español a
la hora de almuerzo; o bien a tomarse alguna de sus características
tazas de chocolate español caliente o una copa de sus célebres piscos
sour con limón de Pica, servidos al cliente con un platillo de frutas
secas y con la reputación adicional de ser uno de los mejores de este
tipo que se puedan ofrecer, fama que me siento en condición de compartir
muy sinceramente, aunque hay otros locales de este mismo sector de
Iquique que también son conocidos por la calidad de sus respectivos
piscos sour, como "La Protectora", al otro extremo de la Plaza Prat.
Y
es otra curiosidad el que, si bien el estilo exterior del Casino
Español resulta sobrio dentro de su confirmación arabesca dominada por
el blanco y los toques azules, aunque sin renunciar al detallismo y la
puntillosa decoración geométrica, por el interior el edificio ofrece una
espectacular ornamentación artística y diseños de muros, donde se
recargan los espacios con el colorido, las trazas y la repetición de
módulos o grecas, entre una arquitectura definitivamente morisca.
También
hay simulación de mármoles tubulares y otras texturas. A pesar de que
esta detallista decoración, el tallado, las filigranas, las grecas y el
estucado artístico están bajo el dominio del estilo árabe, la presencia
de algunos elementos románticos y de evocación a la escultura clásica o
bien de unidades figurativas incluso en el diseño de las gráficas de los
muros (como flores de Liz y motivos florales), nos revelan que se trata
de una inspiración e imitación de las líneas de este arte, pero con
algunos elementos sincréticos tal cual sucede originalmente en el mundo
hispánico, como en la cultura andaluza.
Vista
del mismo conjunto de edificios históricos al costado de Plaza Prat y
de la esquina con Tarapacá. Se observa de frente al del Club Croata y,
de costado, al del Casino Español. Imagen publicada por la revista "En
Viaje" en 1947.
Decoración
morisca interior del recinto y sus arcos emirales con radiados
polilobulados y angrelados. Fotografía publicada por la revista "En
Viaje" en 1954.
Otra
imagen de la decoración interior, en este caso del segundo piso. Se
observan los cuadros femeninos de la "Valenciana" y la "Sevillana".
Imagen publicada por la revista "En Viaje" en 1960.
El
Casino Español, junto con ser sede del club hispano y de su conocido
bar-restaurante para la bohemia diurna, constituye uno de los centros de
eventos más solicitados por la vida social y la festividad iquiqueña,
diría que de la más refinada, aunque ha acogido también a carnavales,
bailables y fiestas patrióticas que, en el pasado, parecen haber sido
más bastante frecuentes que ahora, según los recuerdos de algunos
iquiqueños. Por excelencia, entonces, éste ha sido un potente núcleo
cultural en la ciudad, a la par de recreativo y con una importante carga
histórica para la propia vida iquiqueña.
El
edificio en la Plaza Prat fue construido en 1904 por la colonia
española residente en Iquique hacia los inicios de su organización en la
sociedad tarapaqueña, y hay bastantes placas de información en su
interior revelando los detalles de esta historia. Sin embargo, no fue el
primero que ocuparon como organización, según procederemos a ver.
Aproximadamente
desde los días de la Guerra del Pacífico, estos ciudadanos españoles
habían comenzado a participar más activamente de la industria salitrera
de Tarapacá y en otras derivadas con el crecimiento comercial de
Iquique, motivando importantes migraciones desde la Península y logrando
algunos de ellos puestos de cierta importancia e influencia, por lo que
hacia fines del siglo XIX tenían grupos de reunión y realizaban algunas
actividades culturales vinculadas al folklore y las tradiciones
netamente hispánicas con las que habían crecido.
En
este contexto, el 26 de marzo de 1890 fue formalmente constituido el
club-asociación "La Estudiantina Española", destinado a servir como
grupo de actividades y de encuentro para estos inmigrantes, luego para
sus familiares, hijos y después también para algunos miembros amigos de
la comunidad española pero de otras nacionalidades. Al mismo tiempo, se
creó una comisión de captación de miembros conformada por José M. Rola,
Víctor Sáez y René Ganón, que buscaba acaparar nuevos socios. El mismo
señor Sáez quedó en la presidencia del primer directorio constituido el
22 de junio siguiente, seguido del Vicepresidente Ciriaco Salas, el
Director de Música Higinio Marín, el Tesorero Estanislao Laña, el
Secretario César Hernández, el Subsecretario Manuel Fon Gálvez y como
Vocales Archiveros don Francisco Soler, acompañado de los mencionados
señores Rola y Ganón.
Según
una placa informativa colocada dentro del Casino Español y fechada en
octubre de 2000, en una sesión celebrada en agosto de 1891 durante la
Presidencia de Ciriaco Salas en el directorio, se acogió una sugerencia
de don Melitón Casacubierta, quien propuso que la sociedad se instalara
en una casa propia y bajo régimen de arriendo en los altos del Cuartel
de la Compañía Española de Bomberos, conocida también como la Bomba
Iberia, y la residencia contigua al mismo, en la calle Patricio Lynch.
El 11 de octubre se comunicó aceptada la propuesta por parte del Cuartel
de Bomberos, entregándosele las llaves al club el 1° de noviembre. El
arriendo que debía pagar la sociedad era de $100 mensuales por cinco
años.
Seguidamente,
el club adoptó el nombre definitivo de Casino Español con la reforma de
estatutos realizada el 31 de enero de 1892, bajo la presidencia de don
Manuel Chinchilla en el directorio, dejando atrás la época de "La
Estudiantina Española". El flamante Casino Español fue presentado en
sociedad el 21 de febrero de ese mismo año, declarándoselo inaugurado en
el segundo piso del Cuartel de Bomberos con la firma del acta
correspondiente por parte del señor Chinchilla, en representación del
directorio.
Empero,
el local no tardó en demostrarse pequeño para el crecimiento que
experimentaba el círculo y, hacia diciembre de 1896, ya se demandaba un
espacio más amplio; idealmente también, que les fuera propio. Esta
necesidad es la que daría origen al actual edificio del Casino Español.
Vista actual del conjunto de edificios. Destacan el Club Croata y el Casino Español.
El magnífico edificio visto desde la vía peatonal.
Vista
de costado parcial, mostrando la geometría rectangular del bloque
arquitectónico que da estructura al edificio palaciego. Ambos edificios
vecinos son muy posteriores y levantados sobre antiguas casas
comerciales.
Salón principal del restaurante, escenario de grandes fiestas.
Salón interior de socios, con el monumental cuadro del Descubrimiento de América.
Vista hacia el salón principal desde el segundo piso, con su bello piso parquet.
Afligidos
por la necesidad de disponer de un espacio propio y cómodo, el 2 de
agosto de 1902 la junta de socios del Casino Español decidió que había
llegado la hora de abandonar los altos del Cuartel de Bomberos de calle
Lynch y procedió a comprar un terreno y propiedad que estaban siendo
ofrecidos a remate por la sociedad Buchman y otros, frente a la Plaza
Prat casi esquina Tarapacá, que hasta pocos años antes había sido
llamada efímeramente como Plaza 21 de Mayo. A la subasta concurrió el
socio Francisco Ventura, adjudicándosela a nombre del club por la
cantidad de $11.301.
Poco
después, la agrupación española decide constituirse como Sociedad
Recreativa Casino Español, el 5 de agosto de 1903, y el 11 de octubre
encarga la construcción de la nueva sede en los terrenos adquiridos, al
arquitecto don Miguel Retornano, calculándose los trabajos en $ 31.000.
Siguiendo
el diseño de Retornano, el edificio se alzó con una estructura base de
madera con revestimientos y refuerzo de concreto, además de los estucos y
las maderas policromadas de su decoración. Se trata de una composición
de dos altos pisos y diseño muy simétrico externamente, con cinco arcos
peraltados en el zócalo, uno de ellos correspondiente al vano del
acceso en el extremo derecho, y otros cinco arcos de herradura
polilobulados en el segundo piso, divididos por columnas y con barandas
frontales.
(su) ...estilo morisco y decoraciones interiores -escribe Francisco Javier Ovalle-,
nos hacen recordar a la casa de San Telmo de los Duques de Montpensier
en Sevilla, o a1 Palacio de la Alhambra en Santiago, del malogrado
estadista señor don Claudio Vicuña.
Interiormente,
cuenta con una gran salón central con todo el alto del edificio,
bordeado por la extraordinaria elegancia de las escalas y sus
decoraciones ornamentales. Todo este interior está subdividido en salas y
pasillos, de hecho, con un exquisito nivel de detalle reforzando la
estética morisca de la que proviene la inspiración general. Tenía desde
el principio también su salón de parquet para bailables, que era
mantenido brillante como espejo en el pasado, pero que ahora forma parte
del sector del restaurante. Ovalle describe ya en su época (1908) la
presencia de la lujosa cantina, el hall con
piso de mosaicos, una amplia sala de billar, el salón de reuniones y la
sala de lecturas, disponible no sólo a los socios del club, sino
cualquier persona que por entonces pagara una pequeña membresía del $5
mensuales.
Ya antes de atravesar los grandes cristales de sus mamparones -escribe Fuster en 1954-,
saltan a la vista los preciosos azulejos multicolores que ostentan las
paredes, y que veremos de nuevo en el segundo piso, desde cuyos balcones
se puede dominar, en toda su extensión, la ya referida Plaza Prat.
El
suntuoso y palaciego nuevo edificio del Casino Español fue inaugurado
el 10 de junio de 1904, aunque leo en un blog dedicado a este centro que
la apertura de puertas se realizó en forma muy reservada y sin
invitados. Quedó ubicado ya en esos días entre un conocido grupo de
establecimientos junto a la plaza, que incluían la Casa de Fotografía
Italiana de don Giuseppe Termini, la Casa Comercial Cafarena, la
sastrería francesa de don Juan B. Moulat y el edificio del Club Peruano,
reconstruido pocos años después del incendio que destruyó también el
negocio de Caferena y el café de un chino ocupado después por Moulat.
Saltando al costado Norte frente a la plaza se hallaba el Club Inglés y,
más tarde, se sumó al vecindario inmediato del Casino Español el Club
Croata, que aún existe en el descrito vértice o rincón de la misma
cuadra que ambos comparten.
La
personalidad jurídica institucional del Casino Español como entidad de
derecho privado y sin fines de lucro, la obtiene después, por Decreto
del Ministerio de Justicia del 12 de septiembre de 1908. El permiso
apara conservar su bien raíz por espacio de treinta años, es publicado
en el "Diario Oficial" del 15 de junio de 1915.
Es
interesante un dato que ilustra la cantidad de esfuerzo y tiempo
invertido el hermoseamiento del edificio: se sabe que la pintura de las
decoraciones en los muros, paredes y columnas interiores demoraron casi
11 años más después de iniciadas, antes de ser totalmente terminadas.
En
1933, se le agregó al conjunto la hermosa cúpula al medio y en lo alto
del gran salón central, obra ejecutada por don Pedro Donaggio siguiendo
el diseño trazado por el arquitecto Hurt Burchol. El artista Sixto
Rojas, de quien volveremos a hablar por ser autor de los cuadros
adosados a los muros del segundo piso, también participó en parte de la
decoración de esta cúpula y del mismo segundo nivel del palacio, que se
ha convertido en una suerte de pequeño museo por esos óleos, su
decoración, espejos y piezas en exhibición.
Una
leyenda dice que Rojas realizó estos largos y afanosos trabajos siempre
pidiendo beber legítimo coñac español durante los mismos, aunque otras
versiones adjudican esta costumbre a otros de los pintores que habrían
participado de las obras artísticas dentro del edificio
Vista hacia el salón central y la cantina, desde el segundo piso.
Las elegantes escalas hacia el segundo nivel.
Detalle de las escaleras hacia el nivel superior.
Llegando al segundo piso...
Óleos "Embajadores vascos ante Abderrahman II" y "Último día de Numancia".
Vista de la cúpula central.
Algunos de los arcos moriscos germinales, dentro del edificio.
La
decoración que conserva hasta ahora el edificio en su interior
merecería un capítulo aparte, pero intentaré dejar resumida aquí algunas
de sus características reservando las imágenes de las mismas o más
detalles para una futura entrada que complete todo lo relativo al
magnífico Casino Español.
Además
de las lámparas colgantes, de las piezas escultóricas y del tallado
artístico, se encuentran los ocho óleos que le fueron encargados durante
la presidencia de don Jerónimo Lorenzo, por la suma de $4.000, al
pintor español Antonio Tordecillas (o Torrecillas, en otras fuentes),
mostrando escenas del Quijiote de la Mancha y realizadas en 1908,
dispuestos en el salón principal: cinco a un costado y tres por el
frente.
Los
extremos de la gran escala al segundo piso, en tanto, están
ornamentados con bellas figuras de estatuas-lámparas de evocación
clásica, muy parecidas a las producidas por la metalurgia artística
francesa de la época victoriana y quizás de este mismo origen. Tienen
una evidente inspiración escultórica en el arte románico.
Otra
parte fundamental del atractivo son los enormes óleos del artista Sixto
Rojas, el mismo autor de la figura de la Virgen de la Gruta de Lourdes
en Cavancha. Estos cuadros son de 1931 y le fueron encargados el año
anterior por el directorio. Dos de ellos representan episodios
históricos sublimes en las efemérides de España: "El desembarco de
Cristóbal Colón en América" y "La Rendición de Granada" en el primer
piso. En el nivel superior, iluminados por la luz de la cúpula central y
desde el cual se tiene una visión amplia de gran parte del primer
nivel, están también la copia del "Último día de Numancia", "Los
embajadores vascos ante Abderrahman II" y "Entrada de Roger de Flor en
Constantinopla". Les acompañan los cuadros de las llamadas cuatro mozas españolas: "Charra" de Salamanca, "Maja" de Zaragoza, "Sevillana" de Sevilla y "Valenciana" de Valencia.
En
una vitrina horizontal de este segundo piso, frente a las figuras del
Quijote y de Sancho Panza, se encuentra un hermoso set de 11 espadas
donadas el año 1998 por el Presidente Jaime Clotet Malagarriga y traídas
directamente desde España, cuyo arte de armería es internacionalmente
famoso y cotizado. Las espadas allí reproducidas son "Excalibur" del Rey
Arthur, la de don Quijote, la de Carlos III, la "García Paredes", la
"Ivanhoe", la "Del Gran Capitán", la de Carlos I de España y V de
Alemania, la "Tizona" y la "Colada” del Cid, la "Mandobles Reyes
Católicos", la de Fernando III El Santo y
"Durendal". Otro objeto de incalculable valor histórico en este lugar
es una copia directa de la plancha base de cobre bañado en oro de la
Lámpara de Barbarossa guardada en la colección de tesoros de la Catedral
de Aquisgran, y aquí en exposición.
El
Casino Español, además de toda la decoración artística descrita, cuenta
con una estupenda y voluminosa biblioteca especialmente orientada a
literatura hispánica, en un salón propio:
En nuestra opinión esta biblioteca vive como un tesoro hallado en un desierto -enfatizaba Ovalle-,
porque en ella encontramos obras de eminentes escritores; una hermosa
colección de la Ilustración Española y Americana que con tanto éxito
fundó en Madrid en 1859 Aberlardo de Carlos Almanza; "L'Ilustration" de
Paris escrita por amenos y distinguidos miembros del Parnaso francés;
las obras completas del inmortal Julio Verne y una infinidad de libros
filosóficos, naturalistas y novelescos, diarios y revistas nacionales y extranjeras.
Esta
descripción publicada en 1908 en el libro "La ciudad de Iquique" del
autor, se remonta al período en que el Casino Español era presidido por
don Manuel Risueño, que por entonces oficiaba como Cónsul de Colombia.
Posteriormente, en el mismo salón literario fue colocada una fotografía
autografiada del Rey Alfonso XIII de España, con la fecha de 1915
indicada en la misma.
Actualmente,
el restaurante y bar del Casino Español figura encargado a don Cristián
Mardones Pantoja. No existe guía turística en la región que no
recomiende una pasada por sus mesas o barras, para probar los señalados
piscos sour o su variada carta culinaria, también reconocidamente entre
las mejores de Iquique.
Siendo,
así, uno de los edificios y centros culturales más hermosos de todo el
país, el Casino Español tiene todo el mérito como definitivo gran sitio
de encuentro, esparcimiento y conmemoración en que se ha constituido,
especialmente para los miembros del club hispánico en la ciudad nortina,
dando con ello espacio honesto e históricamente representativo a la
fusión del universo cultural español con la influencia arábigo-morisca
tan bien aludida por la arquitectura y el deleite artístico imperantes
en este establecimiento.
MENSAJES RESCATADOS DESDE EL BLOG ORIGINAL DONDE FUE PUBLICADO ESTE ARTÍCULO ANTES DE EMIGRAR HASTA ACÁ:
ResponderEliminarHector Escobar
¡imperdible, no puedes visitar Iquique sin visitar el Club Español!
Reply · · February 20 at 6:45am
Hector Escobar
¡imperdible, no puedes visitar Iquique
Reply · · February 20 at 6:45am
Soledad Inés Ayarza · Top Commenter · Iquique, Chile
soy de sangre Española y me siento orgullosa de mis abuelos y tener este Casino Español tan señorial lleno de una delicada elegancia que con el correr de los años se mantiene igual.¡FELICITACIONES! Al Club Casino Español.
Reply · · May 27 at 9:36am
Soledad Inés Ayarza · Top Commenter · Iquique, Chile
Es lo mejor que tenemos en Reliquia.ILos invito a visitar El Club Español.
Reply · · May 27 at 9:30am
Claudia Gabriela · Top Commenter · Universidad Finis Terrae
precioso, Se ha conservado perfectamente, es una maravilla
Reply · · June 27 at 11:11pm
Patricia Carmen Carrillo Manriquez · Top Commenter · Propietaria at Sunrise Eventos · 217 followers
falta ,musica en vivo
Reply · · September 15 at 11:07am