CONOCIENDO AL SOLDADO DESCONOCIDO DEL MORRO DE ARICA
Coordenadas: 18°28'52.62"S 70°19'30.14"W
Es algo bastante sabido ya lo de la presencia del Monumento del Soldado
Desconocido en la cima del Morro de Arica, por el lado de la explanada
del peñón entre el sector de los cañones peruanos estallados y el
Monumento al Coronel Pedro Lagos, hacia atrás del recinto del museo
militar.
El monumento está colocado hoy sobre una plataforma de sillares con
escalinatas, y se conforma principalmente por una tumba central con
piedra conmemorativa como cripta, cercada de cadenas ornamentales, y por
el gran monolito de piedra con una figura de un soldado, con una
antorcha tallada también en roca. El conjunto está rodeado en su
retaguadia por astas que antes lucían gallardas banderas chilenas,
aunque ahora se ve izada sólo un par de ellas.
Si bien el lugar es continuamente visitado por turistas y viajeros que
llegan al imponente Morro de Arica, hay poca información publicada en
los medios y especialmente en la internet tanto sobre el monolito como
del origen del cuerpo allí sepultado. Mas, como los azares de la vida me
han permitido enterarme de lo que podría ser una parte de los detalles
de esta historia, he querido compartirla aquí con los lectores, aunque
haciendo un ejercicio poco recomendable en la investigación, como es
fiarse de testimonios personales, si bien en este caso son de una fuente
que considero directa.
Postal de los años ochenta, mostrando el aspecto que ofrecía el
Monumento al Soldado Desconocido en su primera década de existencia allí
en la cima del Morro de Arica.
Vista actual del conjunto monumental del Morro.
Parto
recordando que se ha dicho alguna vez ya que el cuerpo sepultado
es de un soldado chileno encontrado en Tarapacá. Esto sería efectivo:
había quedado en unas grutas en el territorio al interior del
interesante y
legendario poblado portuario de Pisagua, escenario durante la Guerra
del
Pacífico de lo que se considera uno de los primeros desembarcos con
operaciones "anfibias" modernas, en la batalla del 2 de noviembre de
1879.
Tardé
varios años, sin embargo, en enterarme de mayor información sobre este
soldado allí encontrado a pesar de lo intrigante que me resulta el caso.
La fortuna, al parecer, me tocó el hombro en julio del año pasado
(2012), durante una visita más a la Fiesta de la Virgen del Carmen de La
Tirana, en el gran campamento de peregrinos que se forma entre los
terrenos de tamarugales frente al templo antiguo y el cementerio del
poblado.
Allí conocí a don Carlos Escobar, oriundo de Quilpué y en su juventud
conscripto "pelado" del Regimiento Tacna, pero hallándose
destacado en el Norte Grande hacia el período de años 1974 y 1975,
precisamente cuando es descubierto en el señalado lugar de galerías
naturales cerca de Pisagua, al interior, desde donde habría sido movido
según escucho. Él decía tener algunos recuerdos testimoniales del asunto.
Apodado por entonces El Chiricuto Escobar, don Carlos asegura
haber sido parte del grupo que encontró y retiró el
cuerpo del soldado desconocido, hacia marzo de 1974 según su memoria. Si
confío en su testimonio, fue redescubierto casi casualmente en una
inspección de galerías y enterramientos de la zona. Había indicios que
le permitían pensar que murió en posición sentada, antes de quedar
naturalmente momificado. Un interesante detalle que redobla lo asombroso
del hallazgo, es que a simple vista se notaba que aquel hombre debió
estar herido, pues tenía aún una venda en la cabeza, probablemente la
razón de su muerte.
Contextualizando un poco, se sabe que la mayoría de los cuerpos de los
caídos en la Batalla de Pisagua fueron sepultados en fosas ubicadas en
la base de lo que será después la elegante Torre del Reloj del puerto,
levantada en 1887. Sin embargo, la presencia de este soldado fallecido
por sus heridas viene a sugerir que, quizá en el alboroto y el caos
posterior a un combate, fue olvidado y quedó como un anónimo.
Escobar, quien forma parte de una agrupación de ex conscriptos que
rindieron servicio militar en años dictatoriales, recuerda claramente
también a varios de sus ex camaradas de generación que participaron de
aquel rescate del cuerpo del soldado desconocido, entre ellos uno
apodado sarcásticamente como Care' Nicho, quien viajaría después
a Santiago donde trabajaría como guardia del Metro. Por ahora, sin
embargo, sólo puedo fiarme de su testimonio para reproducirlo acá.
Don Carlos Escobar, ex conscripto en los años setenta, quien participó
del descubrimiento y rescate del cuerpo del soldado desconocido. Aquí se
lo ve durante nuestro encuentro en el poblado de La Tirana, en julio de
2012.
Cuenta Escobar que no bien fue sacado a la luz otra vez, el cuerpo sería
provisoriamente sepultado con honores en un lugar del Cuartel Las
Machas, al Norte de Arica, hasta que se dio la orden de trasladarlo al
Morro, donde había comenzado a construirse el conjunto conmemorativo en
el cual iba a tener su tumba definitiva.
Este acto del traslado y la sepultura debía ser bastante simbólico por
el contexto de tiempo, por cierto: además de la proximidad del
Centenario de la Guerra del '79, las relaciones entre el Chile de la
Junta Militar y el Perú del General Velasco Alvarado pasaban por un
pésimo momento, con un cielo cruzado por los nubarrones de una guerra
que parecía inminente.
Mi informante agrega detalles curiosos sobre este período, en que el
soldado desconocido esperaba por su traslado hacia el lugar definitivo
de descanso allá en la heroica ciudad cabecera chilena: casi desde el
momento mismo en que su olvido oscuro fue interrumpido, habrían
comenzado a ocurrir hechos sorprendentes en los cuarteles donde dormía
su penúltimo sueño, rayanos en lo sobrenatural, lo que estimuló más aún
la imaginación y el temor de los "pelados".
El primero de estos supuestos golpes fantasmales le habría ocurrido a un
Capitán de apellidos Díaz Ahumada, quien de súbito se vio en su oficina
con un torbellino de papeles volando alrededor y sin explicación
aparente. Le tocó después al mencionado Car'e Nicho, "pelado"
quien, encontrándose de guardia en la noche, vio aterrado cómo saltaban
antes sus ojos una pila de fusiles movidos por manos invisibles.
Varios otros casos de apariciones fantasmales y hechos inexplicables
habrían sucedido en esos días, según me cuenta, hasta que por fin se
ordenó el traslado final del cuerpo al Morro de Arica, en su lugar de
reposo perpetuo en el Morro.
Se hizo coincidir la llegada del cuerpo del soldado desconocido con el
aniversario de la Toma del Morro de Arica, el 7 de junio, colocándolo en
el descrito lugar central del conjunto conmemorativo que se construyó
allí en la cima para acoger y homenajear sus restos.
La noticia del acto, anunciada en "La Estrella" de Arica.
Así se veía en el taller universitario la figura esculpida del
soldado de la cripta, poco antes de la inauguración (Imagen: "La
Estrella" de Arica, 1976).
La cripta y el monolito, poco antes de la inauguración
(Imagen: "La Estrella" de Arica, 1976).
El acto de sepultación e inauguración de la cripta del soldado
desconocido en el Morro de Arica
(Imagen: "La Estrella" de Arica, 1976).
El monolito de piedra tallada es, a los ojos del visitante, el que
destaca como principal figura del conjunto. El bloque de piedra tiene
fecha de inaugurado en el aniversario de 1975. Su confección había sido
encargada al Taller de Cantería de la Universidad de Chile en Arica. En
ella se lee la siguiente leyenda, con estructura de poema:
EN UN LUGAR DE LA HISTORIA
TU NOMBRE IGNORADO ESPERA
LA BAYONETA DORMIDA
QUEDÓ EN LA PAMPA DESIERTA
TU NOMBRE IGNORADO ESPERA
LA BAYONETA DORMIDA
QUEDÓ EN LA PAMPA DESIERTA
¡QUE REDOBLEN LOS TAMBORES
Y QUE VIBREN LAS CORNETAS!
"SOLDADO DESCONOCIDO"
¡HOY TUS HIJOS DESPIERTAN!
Y QUE VIBREN LAS CORNETAS!
"SOLDADO DESCONOCIDO"
¡HOY TUS HIJOS DESPIERTAN!
ARICA, 7 -JUNIO-1975
Empero, ésta no es una sola pieza escultórica, sino de partes montadas
mostrando a un soldado en uniforme chileno, empuñando una antorcha al
tiempo que lanza un grito de guerra, elemento escultórico que le fue
agregado al año siguiente y casi encima de la llegada del ataúd con el
cuerpo momificado. La gran ceremonia fue agendada para el aniversario de
la Toma del Morro en 1976 y fue anunciada por el diario "La Estrella" de
Arica el día jueves 13 de mayo de ese año.
Existe
la posibilidad de que, en realidad, se esté mostrando simbólicamente
"algo más" en la voluminosa figura del soldado esculpido en roca y que
se colocó en el monolito poco antes de la sepultura, a diferencia de lo
que un personaje extraño a nuestro país publicó con no sé qué propiedad
en una página que encuentro en internet, alegando que sólo significaría
algo así como "una amenaza de quemar al enemigo" y nada más.
Me
explico: tengo sospechas de que se trata de un virtual "golazo" que
los
escultores le metieron al Régimen Militar, no sólo por el evidente
estilo de arte latinoamericanista que tiene la imagen (onda
Guayasamín,
más o menos) que por largo tiempo ha identificado la iconografía
revolucionaria, sino también porque la antorcha y el simbólico "porte
de
la luz" lo tiene el personaje en la mano izquierda, extendida al
frente
y claramente empuñada. Correspondería al gesto de un
juramento de honor, sin embargo, además de que semeja mucho también a la
imagen de la carátula del disco "Al 7º de Línea" del grupo Los Cuatro Cuartos, publicado por RCA Victor en 1966. Lo que sí veo en el diario "La Estrella" del 23
de mayo, es que aquella figura había sido pensada originalmente para la
lápida que cubriría la tumba, pero después se cambió su posición al
gran
monolito.
El soldado fue depositado en su tumba en un gran acto con autoridades,
entre ellas el Gobernador Provincial y Jefe de la Guarnición Militar,
Coronel Oscar Figueroa Márquez, además del Comandante del Regimiento
Rancagua, Coronel Gabriel Pizarro, quienes ayudaron al transporte del
féretro del soldado desconocido. La ceremonia organizada por la
Comandancia de la Guarnición fue ampliamente cubierta por los medios de
prensa, realizándose el día 7 de junio, donde fue colocado
ceremoniosamente en la cripta. Salvas, ofrendas y luminarias
pirotécnicas prendieron aquel encuentro hasta las horas nocturnas.
La cripta propiamente tal, donde se añadió después una cadena con postes
metálicos rodeándola, lleva la siguiente inscripción sobre la roca de la
que está hecha:
LA GLORIA DE UN PUEBLO RADICA EN
SUS HÉROES ANÓNIMOS: AQUÍ YACE UN
SOLDADO DESCONOCIDO
ARICA, JUNIO 1976
SUS HÉROES ANÓNIMOS: AQUÍ YACE UN
SOLDADO DESCONOCIDO
ARICA, JUNIO 1976
Desde entonces, el lugar es escenario de actos y homenajes militares. Y
cabe recordar que, en el Centenario de la Toma del Morro, se agregó al
conjunto un monolito más como soporte de una placa conmemorativa con la
siguiente leyenda que aún puede leerse en el metal, bajo un escudo
chileno:
1880 - 1980
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CHILE
GENERAL DE EJÉRCITO
DN. AUGUSTO PINOCHET UGARTE
A LOS SOLDADOS CHILENOS Y PERUANOS
QUE OFRENDARON SUS VIDAS POR SU PATRIA
ARICA, 7 DE JUNIO DE 1980
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE CHILE
GENERAL DE EJÉRCITO
DN. AUGUSTO PINOCHET UGARTE
A LOS SOLDADOS CHILENOS Y PERUANOS
QUE OFRENDARON SUS VIDAS POR SU PATRIA
ARICA, 7 DE JUNIO DE 1980
Además
de la menor cantidad de banderas chilenas que hay ahora en el entorno,
otra de las diferencias del conjunto con respecto a su aspecto original
es que antes estaba escoltado por dos cañones Krupp a modo de
tenantes, pero en nuestros días sólo se puede observar uno, al lado
derecho. El conjunto tenía en sus inicios una flama que se suponía iba a
ser eterna: de hecho, fue inaugurada ese mismo 7 de junio de 1976 con el
pomposo título de "Antorcha de la Inmortalidad, siendo encendida durante
el acto por el Corone Figueroa... Pero de ella, ahora queda sólo el
soporte cúbico de la apagada antorcha y un nada discreto compartimento
detrás de la roca tallada, donde se guardaban los balones de gas para
alimentarla.
El conjunto se luce hasta ahora sobre una sólida plataforma de base
circular, y por las noches es diestramente iluminado con focos fijos de
haz angulado, adquiriendo gran atractivo allí en la altura del Morro.
Cabe recordar que el soldado desconocido no es el único cuerpo sepultado
con honores en este lugar: hace poco, al lado de su tumba, fueron
depositados los restos de chilenos que participaron en el Asalto y Toma
del Morro y que habían sido encontrados entre 2008 y 2009 en los fuertes
Ciudadela y Del Este, en excavaciones realizadas por el Departamento de
Arqueología de la Universidad de Tarapacá y personal del Regimiento Nº 4
"Rancagua".
Así pues, he querido hacer este pequeño aporte sobre la presencia de la
Tumba y Monumento del Soldado Desconocido en el Morro de Arica, símbolo
imperecedero de todos aquellos valientes hombres y mujeres que quedaron
en los campos de batalla y que no pudieron saber de ese triunfo final,
cuyo camino ellos mismos ayudaron a trazar.
Comentarios recuperados desde el primer lugar de publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:
ResponderEliminarJosé Pedro Alessandri15 de agosto de 2017, 13:24
Hermoso,viril y adecuado tratamiento del tema. Solo me basta repetir las palabras de Benjamin Vicuña Mackenna; "No suelten el Morro".
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Unknown3 de junio de 2019, 11:19
Bkn